¿Es la caída de Nvidia una gran oportunidad? Por qué el retroceso parece mal valorado

¿La caída de Nvidia es una señal de advertencia o el tipo de retroceso con el que sueñan los inversores a largo plazo? Según los informes, las acciones han retrocedido tras una racha vertiginosa, incluso cuando la empresa sigue valorada en aproximadamente 4,6 billones de dólares y continúa superando los 55 mil millones de dólares en ingresos trimestrales. Esa desconexión entre el precio de las acciones y el desempeño del negocio está en el centro del debate actual.
Bajo la volatilidad, los márgenes de Nvidia se mantienen por encima del 50%, las previsiones de ingresos apuntan a un mayor crecimiento y los recientes cambios de política sobre las exportaciones de H200 a China podrían reabrir un canal lucrativo para la expansión. La verdadera pregunta ahora es si los mercados están sobrevalorando los riesgos y subestimando la durabilidad del dominio de Nvidia en IA, y ahí es donde comienza esta historia.
¿Qué impulsa el momento de Nvidia?
El último retroceso de Nvidia ha sido impulsado por un fuerte reajuste en las expectativas sobre la competencia y la política. Según los informes, los inversores ya no solo se preocupan por AMD; también están evaluando las implicaciones de lo que sucedería si Google comenzara a vender sus chips de IA desarrollados internamente a gran escala a clientes externos, como Meta.
La asociación cada vez más profunda de OpenAI con Broadcom, que ahora vale más de 1,7 billones de dólares, añade otro rival de peso a la mezcla. Al mismo tiempo, actores chinos como Alibaba, SMOC y Moore Threads —este último subiendo más del 500% en su debut en el mercado— subrayan la rapidez con la que pueden formarse ecosistemas alternativos.
Sin embargo, la historia sugiere que Nvidia tiende a crecer a través de la competencia en lugar de verse descarrilada por ella. Los ingresos se han acelerado incluso cuando los rivales lanzaron GPUs creíbles, y la dirección espera que los ingresos del cuarto trimestre aumenten hacia los 65 mil millones de dólares gracias a la demanda sostenida de infraestructura de IA.
Las preocupaciones sobre la financiación “circular” de la IA —donde Nvidia respalda start-ups que luego compran sus chips— suenan alarmantes, pero ignoran el efecto reforzador de un ecosistema amplio construido en torno a CUDA, hardware de redes y herramientas de software. Muchos expresan que la ventaja competitiva de Nvidia no es solo el silicio; es una pila completa que mantiene a los desarrolladores y centros de datos anclados a su plataforma.
Por qué importa
La cuestión de la valoración en torno a Nvidia es, en esencia, un debate sobre la forma del ciclo de la IA. En cifras principales, la acción no parece tan sobrevalorada como sugieren sus críticos: una relación precio-beneficio a futuro de alrededor de 29,94 se compara con un promedio de cinco años de casi 45, mientras que una relación PEG a futuro cercana a 1,0 está muy por debajo de la mediana del sector de alrededor de 1,7.
Los observadores señalaron que eso implica que el mercado está pagando menos por unidad de crecimiento que en el pasado, a pesar de que el impulso de ingresos y beneficio se mantiene en niveles históricos. Como argumentó un analista de Gavekal Dragonomics, los recientes cambios de política en EE. UU. reflejan “realidades de mercado”, con Washington ahora más enfocado en competir por la cuota de mercado de IA que en simplemente frenar el avance de China.
Sin embargo, la política está moldeando la prima de riesgo que exigen los inversores. La decisión del presidente Donald Trump de permitir que Nvidia exporte chips H200 a “clientes aprobados” en China ha dividido a Washington. Nvidia elogió la política como un enfoque equilibrado que protege empleos y manufactura de alto valor en EE. UU., pero altos demócratas la calificaron de “fracaso colosal en lo económico y en la seguridad nacional”, advirtiendo que chips más potentes podrían potenciar las capacidades militares y de vigilancia chinas.
Ese enfrentamiento importa porque revela lo rápido que las reglas de exportación podrían volver a cambiar, recordando que las perspectivas de ganancias de Nvidia están ligadas a la estrategia tecnológica EE. UU.–China, y no solo a la demanda trimestral de los proveedores de la nube.
Impacto en los mercados, la industria y los consumidores
Según los analistas, la reapertura de China, incluso de forma limitada, podría ser económicamente significativa para Nvidia. El H200 es mucho más capaz que el chip H20, que fue adaptado para el mercado chino bajo los controles de la era Biden, y estimaciones de think tanks sugieren que ofrece varias veces el rendimiento del H20 en cargas de trabajo clave de IA.
Si a las empresas chinas se les permite —y están dispuestas— comprar a gran escala, Nvidia podría desbloquear miles de millones en demanda acumulada de servicios en la nube, plataformas de internet y start-ups de IA que esperan claridad. Pero el deseo de Pekín de reducir la dependencia de la tecnología estadounidense y su fomento de alternativas nacionales significa que la demanda podría regresar en oleadas en lugar de un crecimiento constante.
Para los mercados globales, la decisión podría señalar un cambio de la negación tajante de exportaciones a una competencia gestionada. Exfuncionarios estadounidenses advierten que dar a las empresas chinas un acceso más fácil a chips de gama alta pone en riesgo la ventaja de EE. UU. en modelos de IA de frontera y permite a los proveedores chinos de la nube construir centros de datos “suficientemente buenos” en mercados emergentes.
Eso podría comprimir los márgenes a largo plazo de los campeones tecnológicos estadounidenses, pero, paradójicamente, también refuerza la demanda de hardware de Nvidia a medio plazo a medida que más regiones se apresuran a construir capacidad de IA. Según los analistas, Nvidia podría ver ingresos más sólidos a corto plazo incluso cuando el panorama estratégico se vuelve más disputado.
Para los usuarios finales y clientes empresariales, el dominio continuo de Nvidia sigue determinando los precios y el acceso a la potencia de cómputo. Su margen neto de beneficio de alrededor del 53% supera el 10% de AMD y el 23% de Micron, y su puntuación de la Regla del 40 por encima del 100% —combinando rápido crecimiento de ingresos con alta rentabilidad— es rara incluso entre las principales empresas de software.
Movimientos estratégicos, como una inversión de 2 mil millones de dólares en Synopsys, junto con posiciones en infraestructura de IA y empresas vinculadas a la nube, profundizan el control de Nvidia sobre las herramientas utilizadas para diseñar y desplegar chips de próxima generación. Incluso con ventas institucionales selectivas, como la reducción del 3,5% de las participaciones de Rothschild Investment LLC, el flujo general de capital sigue favoreciendo el liderazgo de Nvidia.
Perspectiva de los expertos
¿Dónde deja eso a los inversores que se preguntan si el retroceso es una oportunidad o el inicio de una caída estructural? Muchos analistas siguen viendo a Nvidia como la columna vertebral de la infraestructura global de IA para el resto de la década, citando el rendimiento de su hardware, el bloqueo de su software y el ritmo de su hoja de ruta de productos.
El compromiso de Jensen Huang de invertir cientos de miles de millones de dólares en infraestructura de IA con base en EE. UU. refuerza la idea de que Nvidia no solo vende chips, sino que está construyendo la capa física de una nueva era de la computación. Si China finalmente aprueba las importaciones de H200 a gran escala, las estimaciones de ganancias consensuadas podrían resultar nuevamente demasiado conservadoras.
Las incertidumbres no están en la tecnología, sino en la política y la competencia, añadieron los expertos. En Washington, la preocupación bipartidista por potenciar las capacidades de IA de China podría cristalizar en nuevas barreras legales si el acuerdo actual se percibe como contraproducente, mientras que Pekín podría seguir animando a sus gigantes tecnológicos a favorecer chips nacionales incluso cuando la tecnología estadounidense esté disponible. Mientras tanto, Google, AMD, Broadcom y un creciente grupo de empresas chinas compiten por erosionar el liderazgo de Nvidia. Por ahora, la escala, los márgenes y la amplitud del ecosistema de Nvidia hacen que la reciente caída parezca más una revaloración del miedo que un veredicto sobre el futuro de la empresa.
Conclusión clave
El retroceso de Nvidia parece menos un reflejo de fundamentos debilitados y más una recalibración del ruido geopolítico, la presión competitiva y las expectativas del mercado. La empresa sigue ofreciendo un crecimiento excepcional, altos márgenes y un ecosistema anclado en el software que los competidores aún luchan por replicar. Las nuevas reglas de exportación añaden volatilidad, pero también pueden desbloquear una demanda renovada, incluso cuando intensifican la carrera global por la IA. Por ahora, la evidencia apunta a una caída mal valorada, y las próximas señales decisivas probablemente provendrán de Washington, Pekín y la capacidad de Nvidia para superar la resistencia técnica a corto plazo.
Perspectivas técnicas
Nvidia cotiza alrededor de 189,65 dólares, extendiendo su rebote tras superar el rango de corto plazo. El precio se acerca ahora al nivel de resistencia de 196,00 dólares, con una barrera más fuerte en 207,40 dólares, donde los operadores suelen anticipar toma de beneficios o un nuevo impulso de compra. La estructura bajista sigue siendo importante: el soporte en 182,00 y 175,00 dólares ahora actúa como salvaguardas críticas. Una ruptura por debajo de cualquiera de estos niveles podría provocar liquidaciones forzadas y profundizar la corrección.
El movimiento reciente muestra a Nvidia regresando hacia la mitad superior de su rango de Banda de Bollinger, una señal de que el sentimiento alcista vuelve a imponerse tras semanas de consolidación. Velas alcistas fuertes sugieren que los compradores están recuperando el control, mientras que el RSI, que ahora sube por encima de la línea media hacia 60, confirma el fortalecimiento del impulso. El indicador permanece por debajo del territorio de sobrecompra, dejando margen para más subidas, siempre que el precio pueda superar con convicción la zona de resistencia cercana en 196 dólares.

Las cifras de rendimiento citadas no garantizan rendimientos futuros.